viernes, 11 de febrero de 2011

AMIGOS, RECUERDOS.

Hace tiempo que quiero escribir sobre unas personas, un tiempo, y empiezo pero no puedo esribir lo suficiente para mi gusto.
Escribir de Cruz y Chabelo.
Hablar de ellos es hablar de una niñéz.
Una niñéz donde ella trabajó durante un tiempecillo en casa y el, aparecía por ahí de vez en cuando a construir algo, a tomarse un refresco, a comprar a la tienda. Pero no tengo casi detalles, momentos; no se fijan en mi mente, son figuras desdibujadas pero no por eso no son conocidas. Fijada, la figura alta de rizos dorados de Cruz, la voz ronca y pausada que aún conserva Chabelo. Una pareja de personas tranquilas, cariñosas no se, no me consta no existía ese vínculo entre ninguno de ellos y yo, pero seguro detras de su sonrisa y su amabilidad, tenía que haber amor. Si ellos me trataron con cariño, quizá no respondí igual, no lo recuerdo.
Estuvieron de visita por su barrio, nuestro barrio, llegaron a visitar a mi padre, a ese señor chiquitito que de pronto se encoge mas y luego, se vuelve a estirar a todo lo que da su estatura menudita, cada vez mas menudita.
Memoria mía tan mala, creo que a fuerza de tallar de ella los malos recuerdos como si fueran mancha de mugre, la he dejado tan desgastada como trapo viejo por eso es tan mala, pero era necesario, borrar y borrar ay cargas, con las que no se puede vivir.
Gracias por la visita Cruz, Chabelo, Dios los acompaña siempre, y ve por ustedes y sus hijos. Gracias.

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