Mujer cansada busca
No, mujer cansada no busca,
Este calor de trópico que todo lo
diluye en agua
Agua que corre por las costillas, debajo
de las tetas que sin contenedor se rozarían.
Agua que corre por los bajos de
los pliegues de la piel de esa barriga que nunca acomodó la estética.
Agua por los costados de las caras
de los chiquillos
Agua que escose los ojos si llega
a caer cuando no hay mano que la aparte a tiempo.
Agua en las nalgas en contacto con los muebles
calientes.
¿Qué pensaban los antepasados al
asentarse en estas tierras de fieras donde solo las fieras deberían vivir y sin
embargo, se quedaron por centurias?
Todo calor, todo fastidio. Solo la
gana de no moverse porque significa gasto de energía para producir más agua
salada útil solo para bajar la calor del cuerpo.
Trópico pesado de los mosquitos y de las
fiebres que aún en la época moderna todavía brotan de vez en cuando sobre todo
en los frágiles visitantes rojos de ronchas y locos de rascarse por los cientos
de piquetes.
Trópico de agradecer los vendavales
que traen el agua fresca de la lluvia,
la que baja la calor, la que lava los rostros llenos de tierra de todos, desde
los surcos de las caras de los viejos y la mugre de los chamacos y los trabajadores.
Mujer cansada no busca, hacer
calor, quizá mañana.