domingo, 8 de junio de 2014

AGUA, SOL, SOLEDAD Y TRÓPICO,

Mujer cansada busca
No, mujer cansada no busca,
Este calor de trópico que todo lo diluye en agua
Agua que corre por las costillas, debajo de las tetas que sin contenedor se rozarían.
Agua que corre por los bajos de los pliegues de la piel de esa barriga que nunca acomodó la estética.
Agua por los costados de las caras de los chiquillos
Agua que escose los ojos si llega a caer cuando no hay mano que la aparte a tiempo.
 Agua en las nalgas en contacto con los muebles calientes.
¿Qué pensaban los antepasados al asentarse en estas tierras de fieras donde solo las fieras deberían vivir y sin embargo, se quedaron por centurias?
Todo calor, todo fastidio. Solo la gana de no moverse porque significa gasto de energía para producir más agua salada útil solo para bajar la calor del cuerpo.
 Trópico pesado de los mosquitos y de las fiebres que aún en la época moderna todavía brotan de vez en cuando sobre todo en los frágiles visitantes rojos de ronchas y locos de rascarse por los cientos de piquetes.
Trópico de agradecer los vendavales que  traen el agua fresca de la lluvia, la que baja la calor, la que lava los rostros llenos de tierra de todos, desde los surcos de las caras de los viejos y la mugre de los chamacos y los trabajadores.
Mujer cansada no busca, hacer calor, quizá mañana.