sábado, 26 de junio de 2010

PARTIENDO EN LA SIGUIENTE ETAPA.

Llegamos a México, Distrito Federal, la mayor ciudad de éste país. Provincianas, consentidas, siempre en el nido, siempre custodiadas, siempre cuidadas, y ahora, de pronto, pero en realidad no sin previo aviso, nos soltaban ahí, en el medio de la gran ciudad.
Se van este fin de semanas, en un descuido, se llegó la fecha de inicio y hubo muy poco tiempo para prepararse, pensarlo , despedirse.
Apenas fue suficiente el tiempo para las recomendaciones de todo lo que había que hacer, no hacer; de que de quien y como teníamos que cuidarnos, de lo que debíamos hacer allá, en casa del familiar que nos daría hospedaje, mientras estudiábamos.
Recomendaciones de mamá, muchas recomendaciones, mientras terminaba de coser algunas prendas que completarían nuestro ajuar de estudiantes.
Para un acontecimiento tan importante, papá fue con nosotras, madre nos dio su bendición, junto con recomendaciones de último momento y nos fuimos. Larga travesía en autobús, atravesando varios estados; salimos a las tres de la tarde, llegábamos a México a las 8 de la mañana. Se me borran muchas imágenes solo algunas se aferran, o se han marcado por repetitivas, como el mareo, ese mareo que me daba al viajar por esas carreteras tan sinuosas, llenas de curvas y mas curvas, parecían, cada una mas apretada que la otra. Algún día superé esa sensación, después de comprender y calcular que a ese paso, desmejoraría si no lograba controlarlo, pues llegaba con el peor color grisáceo amarillento en la cara, con el estómago falleciendo entre el hambre, el vacío y temblando por el esfuerzo de vómitos y vómitos. Jajaja, mas la vergüenza de haber sufrido mas de un accidente dentro del bus, con lo que llegaba sucia, y algún otro pasajero también.
Llegamos al centro de la ciudad, a casa de ese familiar que nos abría las puertas de su hogar, en uno o dos días iríamos a la escuela, mientras, había que terminar algunos trámites, por lo que acompañamos al tío y a mi padre en esas vueltas a ver al amigo que tenía el contacto mediante el cual, se garantizaba el ingreso a la escuela. Como siempre, había carreras muy solicitadas, en donde se ponían trabas al provinciano para su ingreso, querían que nos fuéramos a estudiar a nuestro estado, pero no todos ellos, contaban con universidades. El trámite se concretó con facilidad, dada la poca solicitud de ingreso a nuestra carrera.
Terminó el fin de semana, por la mañana, temprano, despierta y tapada con las sábanas, no quería bajarme de la cama, escuchaba ya mi hermana y a mi padre, prepararse para salir, yo debía hacerlo también, pero no podía, sabía que ese día, papá volvería a casa, sería el último que pasaría con nosotras, dándonos su protección y guiándonos.
Escondida en las sabanas, lloraba, tenía miedo, quería regresar a casa, con mi padre, no me importaba estudiar, pero era muy obediente y no podría decirlo, ni pedirlo, mas no me atrevía a enfrentar ese importante día. Al ver que no me levanta, papá alzó las sábanas y ya no callé mas mi llanto, me abrazó y hablo conmigo, no se que me dijo, yo solo sentía su presencia y su protección, y pensaba en que me dejaría en una etapa diferente de mi vida, acompañada con una hermana mayor, dentro de la casa de un familiar, pero también, entregadas mis riendas en mis manos, para decidir, pensar, planear, todo, iba ahora por mi cuenta y tenía miedo.
Era la hora, puse los pies en el suelo, e inicie ese camino de tantos hijos, el camino de independencia creciente, el camino que nos aleja a muchos de la casa paterna, el camino de la libertad, de la superación, de la responsabilidad. Ese día, dejé las calcetas en un archivo muerto.

miércoles, 16 de junio de 2010

LA LLUVIA EN EL CAMPO, Relato



Fue un viaje maravilloso, no se como llegamos allá, pero en ese tiempo, andábamos viajando en bola, en una camionetita de el tío político, esposo de la mas querida tía. Era una camioneta pequeña, vieja, que siempre nos dejaba a medio camino porque se ponchaba, le tronaba una llanta y mi tío jamás traía refacción. Recuerdo esto de los viajes a la playa, y lo curioso es que siempre pasaba un amigo, el señor de la tintorería, que le prestaba una llanta para llegar al pueblo de nuevo. Que chistoso.

En esta ocasión el viaje no fue al mar; fuimos al ranchito del tío, a la orilla de un pueblo, mejor dicho, al sitio frente a sus tierras, donde tenían unas construcciones que servían, una de cocina, otra de recámara, pero no unidas entre sí, situadas varios metros la una de la otra. Por ahí cerca, había algunos corrales donde reunían sus vacas.
Las casitas, de paredes enjarradas con lodo, ¿ las han visto? Y techo de paja de dos aguas.

Desde ése sitio, fuimos a cortar nanchis, la aceituna mexicana, que se da en arbustos, así, la frutita verde se corta para curtirla en vinagre, y ponerla en las comidas, o comerla como aceituna. Cuando están maduras, caen al suelo, amarillas, y se usan para bebidas, machacándolas y mezclándolas con agua y azúcar.

No es poca cosa, andar cortando o juntando nanchis, sobre todo por el zancudero, jajaja, te pican los mosquitos a mas no poder, aún así, hay personas que se dedican a juntarlas y venderlas por cantidades grandes.

En la tarde, supondré que inmediatamente después de que entramos a la cocina a comer, porque recuerdo que en el fogón, colocado por ahí en el centro de la cocina de piso de barro, mi tia nos hizo tortillas que comimos como “burritos”, es decir, la tortilla, sacada directamente del comal, se moja en agua con sal, y se aprieta con fuerza, lo suficiente para que parezca masa de nuevo, pero ésta ya está cocida.

Después de comernos algunos burritos, supimos que llovería, corría aire muy fresco, se olía la lluvia en el aire, se oían los truenos acercándose. No les dije, que las casitas, estaban situadas en un sitio alto, porque abajo, a metros abajo, empezaba el campo, no se si fuera una formación natural, o hayan emparejado esa zona alta en un pequeño cerro, pero en aquel tiempo, de pocas maquinas y solo uno o dos tractores en todo un pueblo, lo mas seguro es que fuera una planicie natural.
Lloviznaba, y mi madre quiso salir a bañarse en la lluvia. Tenía tantos años ya lejos de estos sitios donde llovía, que estaba feliz de que le tocara el aguacero. La acompañé, allá afuera, al viento, la lluvia y los rayos.
Nos paramos al borde de la planicie, allá abajo se extendía el campo, los sembradíos, la zona de nanchis; y la cortina de lluvia. Se veía venir hacia nosotros, una enorme cortina de lluvia, cual muralla, avanzaba empapando el valle. Si, hermoso, pero temible, porque también, huyendo de ella, vinieron las vacas, y cerca de nosotros, se encaminaban a sus corrales, la mayoría permanecieron abajo, solo un toro llegó hasta unos metros de nosotros, nos acompañó a ver el panorama ahí, mugiendo una que otra vez.
Yo moría de miedo, a los animales, a los rayos, ¿ sabes que dicen que las reses atraen los rayos hacia sus cuernos? De hecho, mueren por esta causa, de vez en cuando, y yo le tenía tanto pavor a los rayos como a las reses. Estaba yo, cosida a la falda de mamá, que estaba feliz mojándose, yo no, yo estaba cumpliendo con mi inexplicable labor, de cuidarla.

La cortina de lluvia, llegó, nos empapó y se fue, volvimos a la casita, donde se habían quedado todos, menos las locas de mi madre y yo. Fue divertido, todos, tenían las caras tiznadas de hollín, ja ja ja ja, la lluvia y el viento zarandearon de tal modo la paja del techo lleno del hollín que exhalaban las hornillas, que terminó por escurrirles encima, y salieron como nuestros negros postizos de las fiestas de Semana Santa, cubiertos de pies a cabeza. Fue un día de emociones, desde luego.

martes, 15 de junio de 2010

EL RIO.-

El río, no recuerdo cuando lo conocí, pero ahí estaba, a tres calles de la casa, veo este cielo azul, el viento fresco, y recuerdo cuando nos bañábamos en el.
Es un río de América, joven y, cercano a la costa, sin cajón, cauce definido; corre por casi una llanura. O será que los antepasados de éste pueblo eligieron ésta zona de llano para establecerse, porque recuerdo que corriendo el río mas hacia el sur, lo hace entre murallones, ah, que son murallones entre los que se tendió un puente. Bueno, el caso es que cuando podíamos escapar de la aprehensión materna, mediante permisos íbamos al río. Quizá las hermanas, quizá nos acompañaban mas amigas, vecinas, o en remoto caso, a lavar al río…… lo que pasa es que esto de lavar en el río, no era propio de casa, no, mi familia siempre fue una familia moderna, así la recuerdo yo, nada de las tradicionales costumbres mexicanas en cuanto a la alimentación y el trabajo de casa. Mamá se ayudaba de electrodomésticos que había a mano, y no nos andaba con cuentos de que una salsa en molcajete o tortillas hechas a mano eran mejores. Para eso se inventó la licuadora y las tortillerías, donde íbamos a comprar por kilos las tortillas, ja.
Así que, desde luego que teníamos lavadora, pero ocurría, más que por que se fuera la luz, porque suspendiesen el agua por mucho tiempo. Entonces mi madre agarraba la ropa sucia y nos íbamos con ella a lavar al río. Mamá lavaba, sentada a la orilla del río, y nosotras jugábamos en el río, frente a ella. En realidad no ayudábamos en nada, acaso a cargar algún balde de y hacia casa. O recogíamos la ropa seca.

No se por que no recuerdo muchas visitas al río.
Ah, recuerdo una, un paseo familiar, nos llevamos una caja térmica, conteniendo tacos, íbamos a comer ‘tacos paseados’, de chorizo, de machaca, de frijoles. Íbamos con los padres esa vez, y nos fuimos a quedar a una playita al otro lado del río. Al cruzarlo, con alguna silla, una pelota, los refrescos, la comida, me pareció más fácil, deslizar la caja de los tacos sobre el agua, para no cargarla. Al llegar a la otra orilla, oh sorpresa, el agua había entrado a la hielera, (así le llamamos, aunque no contuviera hielo, je) y comimos tacos pasados por agua, aaaaggggg. Jajaja, pero yo quería contarles como fue que me enseñe a nadar, será otro día, si no esto se haría ya muy largo. Mejor les describo un poco, al otro lado del río, hay una zona de sauces, toda aquella margen, es campo, tierras de siembra, y sabía yo que había periqueras, unas bolsas grandes que tejían no se como los pericos, para tener sus crías. Al estar allá, se escuchaba la escandalera de los pericos, ojala todavía existan.
Otro día, les cuento mas del río.

lunes, 14 de junio de 2010

SITUACION DE VIOLENCIA EN NAYARIT, MEXICO.

Estaba empezando un relato , pero…..

Pero como puede uno escribir con esta intranquilidad, si te interrumpen con avisos de ahora donde son las balaceras, y tus hijos están allá, en ese basto campo de batalla en que se ha convertido la ciudad de Tepic, capital del estado de Nayarit, en México, porque todos los noticieros nacionales no nos hacen espacio, pero la población ya no lo calla, lo están difundiendo minuto a minuto en donde están las balaceras, como escaparon de ellas,….porque los muertos, esos, ya no son mas que estadísticas, ellos ya no cuentan mas que un número, 8 muertos delincuentes, un muerto soldado, 5 heridos, ¿los heridos de que bando eran? Y ahí te quedas con la inquietud del hijo en la calle, en la escuela….del que quisieron sacar de una casa, porque estaba en fiesta con sus amigos, en el jardín frontal,….si ya no pueden salir a reunirse a bares, cafeterías o discoteques, noooo, y ahora, de las casas los quieren sacar, tipos de civil… ¿quienes son? ¿Por qué, si ellos solo son estudiantes, y se supone que la bronca es entre narcos y narcos , vaya, si apenas parece que ayer, intervino el ejército en la pelea entre narcos. Solo que la policía, además, a cualquiera le cuelga el santito de de ése es EL criminal, EL causante de muertes o atracos, el caso es presentar detenidos, así lo estuvieron haciendo recientemente. Fabricando culpables y de la forma mas estúpida, se les descubrió el pastel, porque uno de los acusados estaba en la misma cárcel, el día en que se le adjudicaba un crimen.

Y que susto, montones de estudiantes, y civiles en medio de la balacera, porque fue a la una de la tarde, en medio de tres centros comerciales, restaurantes, y la central camionera.
Y los hijos en el peligro, y uno aquí, sentado escribiendo y haciendo oración.

SE VALE HACER ORACIÓN, Y PIDO SE UNAN A MI EN LA INTENCIÓN POR LA PAZ Y PROTECCIÓN DE TODO INOCENTE SER DE LUZ, DESDE SU NACIMIENTO, EN ESPECIAL POR NIÑOS Y JÓVENES.

Pero el pinche gobernador que no nos salga rezando por la paz, ha dicho cada cosa impropia de un gobernante, a eso si, por facebook, lo que lo hizo pararse el cuello por ser de los primeros que utilizó este medio para presumir de sus sueños de opio para el pueblo, de sus sueños de grandeza mientras nos entrega por acción u omisión en manos de los narcotraficantes.
Luego dice:
Es responsabilidad de los ciudadanos, decidir si salen o no…..mientras las balaceras en las calles no tienen ni programación de horarios y lugares.
Luego: tengo fe en dios en que pronto pasará esta situación…si, pero porque Dios la termine, y entonces, sus obligaciones de gobernante ¿para cuando las llevará a cabo?
Acusa a los ciudadanos de causar pánico entre la población, cuando si no es por los avisos de facebook dentro de la ciudad, uno no sabría que zonas evadir, cuando ha pasado el peligro o está aún la balacera.

Tepic, Nayarit, es una zona de guerra, sábado, 9 muertos, 5 heridos; por la noche, 3 muertos; domingo por la noche, 15 muertos. Y EN NAYARIT NO PASA NADA, ESTAMOS EN PAZ Y ADEMAS, PROGRESANDO. Ese es el slogan del gobernador, exactamente esa MENTIRAAAA MENTIRAAAA.

jueves, 10 de junio de 2010

El MIEDO.

No sabe por donde empezar, le tiene miedo al dolor, es que cada vez que revisa la herida, descubre que no ha sanado. Lleva tantas cicatrices en si, que, en sus múltiples momentos de hocio y soledad, de pronto decide escoger una y ver si de verdad está seca, muerta esa herida..........
Recuerda el viaje de vuelta a la casa donde nació, un viaje envuelto en miedo,siempre el miedo, lo leerás aqui muchas veces. Miedo al miedo de la madre, miedo al miedo y la verguenza del padre, miedo a la gente que también viajaba, a la que estaba en las terminales, a la que subía a vender; ese era el miedo que le transmitía la madre en sus historias de fantasía , pero no una fantasía hermosa, no, era una de horror, siempre de horror, de mas temor, temor al demonio que Ella veía en los demás, en sus caras, en sus gestos, en sus palabras. Y ella, tan pequeña, viendo el mundo solo a través de sus ojos, ¿ como no iba a temer también? Aún así,tenía comprensión de que ella no veía las cosas que la otra contaba, ella no veía esas amenazas,no oía esas voces demoníacas que le decía la otra: " ahí están, mira, escucha", no, no podía verlas, oírlas, y mas miedo sentía.
¿ Por que la otra percibía eso y ella no? ¿ que estaba mal? Siempre protegida de demonios y peligros que nunca alcanzaba a ver. Cargando a un bebito porque en esas casas, los hermanos mayores cuidaban a los menores como propios. Si ahora la juventud tiene hijos siendo casi unos niños, antes, la gran fecundidad de las madres hacía madres a sus hijos siendo niños. Tendría ¿ cuántos años? Ocho, y ya había que cuidar los bebés de tres, dos y un año. Ya tenía que cargar un bebé, en lugar de una muñeca.
Y el viaje seguía, pero hubo que truncarlo, a dos días de camino que faltaba por recorrer, el padre no aguantó la presión y descendieron en un pueblo, donde podían refugiarse con alguien, que los apoyaría.......

Se revisó la herida, si, no sangraba, ese líquido salado no era sangre, no, ya nada mas, eran lágrimas.