sábado, 31 de octubre de 2009

RECUERDOS DE NIÑA, EL RIO.

Tenía trece años, estudiaba secundaria; el miedo la sacó de la casa, elmiedo se llamaba río. Ella no sabia de dias de lluvia ni de temporales, ¿llovía? Pues llovía, había que verlo, disfrutarlo. Pero sí llovía allá en la sierra y llego el mar de agua dulce y el río salió de madre, el río no respetó su caja, el río llegó tan hinchado al puente que apretujado bajo el, subió a lavar los rieles y duró rato mojándolos y salió en abanico inmenso a partir del puente, un extremo abriéndose a los pueblos del este, el otro, corría a encontrarse con el arroyo del otro lado del pueblo, y parece que quería probar lo que es viajar enrieles, porque casi subía paralelo a las vías del ferrocarril.
Pero ella marchó temprano a la escuela, era el día de recordar a los Héroes Niños, a cumplir con el deber escolar, no existía más, pero llegó el rumor a la escuela ¿el rumor del río? Y vinieron a recogerla a la escuela, donde ya las niñas marchaban solas o acompañadas a sus casas.
El padre llegó a pie, el carro decidió quedarse a bañar en el río, aprovechando que éste ya corría por la calle, ahí se detuvo. Para llegar a casa, cruzaron el río de la Allende, y el de la Puebla. La casa todavía estaba seca, está a las faldas del cerro, pero ¿ a donde pararía el río su carrera loca sin destino conocido? Cuando se salió de madre, no dejó dicho a donde iba, y se fueron al cerro, con el perro, el gato y la cotorrita. Y el perro no quría mojarse las patas; y había que cargar con el maletón de los tesoros, ¡ ah como pesan los papeles importantes! Y ahora, de pilón llovía, finito, pero molestaba. Y ¡ándale, la vía y el cerro parecían romería, llenos de gente¡
En su vida nunca les había visto, pero los recibieron en su casa, acomodaron la maleta, se sentaron juntitos ¿a esperar qué? Horas y horas, horas y horas. Se unieron a la romería de la vía. Vieron las olitas que jugaban a brincar el puente. Pequeñitas olas, no se esforzaban, montadas en el mar de agua dulce rugiente al que no se le veía extremo; todo en el agua, todo. En lo que fue, y luego volvió a ser, el cauce del río, pasó viajando una casa, una vaca, muchos árboles. Adiós, adiós. Y luego se escuchó un estruendo, un vecino se quedó sin casa. Casa escandalosa, que ganas de hacerse oír, si apenas allá, a dos cuadras, otra calladita y sin desbaratarse, quedó sepultada en el lodo y jamás se desenterró.
1968, cada casa una historia, los cuentos, tantos como ojos vieron ese día, grabado para siempre en la memoria, porque el que lo vivió, ahorita te cuenta todo, el miedo, la odisea, el desastre; cual fue su parte, como se reconstruyó, que se le llevó el río y hasta que sacó de el.
Río estate quieto, ya supimos que eres grande, fuerte, incontenible, ya te pusimos paredones ¡ no te salgas de ahí!
Río, te tengo miedo, con lágrimas en los ojos te lo ruego, no te alteres. agua desperdiciada y dañina, aunque buena al mismo tiempo, luego creemos que ocupas la rienda de una presa. Ya no más historias de éstas, ya no mas pérdidas, sustos y desperdicio.
¡QUEREMOS UNA PRESA, NECESITAMOS UNA PRESA!, Y los años pasan y ésta, todavía no llega. SAGA.

6 comentarios:

Porthos Baron Du-Vallon de Bracieux de Pierrefonds dijo...

Eso me recuerda el poder que la naturaleza tiene encima de nosotros ... dificil de domar


Saludos!

Rufida y ya dijo...

Hola Blanca,
Eso da mucho miedo, me imagino el miedo que sentían o más bien no lo puedo imaginar. ¿41 años esperando la llegada de la presa? ¿el río sigue causando estragos? Si las cosas materiales se pierden no hay tanto problema, pero las vidas, es algo diferente.

Blanca dijo...

La Naturaleza es bellísima, cuando estamos en armonía con ella. Cuando la posibilidad es de que nos dañe, lleva todas las de ganar. Oír llover dicen que es grato, cuando tienes un techo que te protege y los pies secos. Me dieron, jovenes, material para escribir otro artículo, les aviso. Gracias a Dios, nuestras grandes grandes inundaciones, no han dejado muertes en la historia que puedo abarcar, de esta ciudad ya establecida en el lugar que tiene ahora. Antes,se barrió por una inundación, por eso cambio de lugar.
Creo que material hay para hablar de esto, manos al teclado. HAsta luego. GRACIAS POR LA VISITA.

saiz dijo...

Blanca, me gustó mucho tu relato, sobre todo por esa forma de dialogar con el río ("río estate quieto, ya supimos que eres grande..., no te salgas de ahí"), que es una lograda forma de reproducir el pensamiento que seguramente tenías cuando presenciabas la escena (porque supongo que es real). Tu relato tiene un encanto especial porque no es una crónica fría, sino vivida y sentida. Ah, espero que la presa esté en marcha y sirva para evitar esos desmanes. (Aunque en España hay un refrán que dice "después de los años miles, vuelven las aguas a sus carriles".) Nunca hay que bajar la guardia porque, como dices, la naturaleza siempre lleva las de ganar.

Blanca dijo...

Saiz, ruborizada por tus comentarios, que considero un elogio.
Si, es real, e inolvidable, tu sabes.
Y no, la presa, los planos y planes yo creo que ya se los comió la polilla hace añales, además ya no describirían la situación actual.Las peticiones al gobierno jamás han sido aceptadas, aunque tres municipios se verían influídos por esa presa, por otro lado, dentro del estado se construyó la mayor presa de la república, con fines de generación de electricidad. Un afectuoso saludo.

RaulMendez dijo...

Me gusta que la gente escriba, es como dejar salir lo que traemos dentro, con ganas de soltar lo que nadie podrá obligarte a decirlo, sino lo que uno siente desde la profundidad de todos los sentidos !!