sábado, 15 de agosto de 2009

CONOCER AL PRÓJIMO.

Cuantas de las veces que he escrito, lo he hecho iniciando sin saber el rumbo por el que voy a guiar mis pensamientos, hoy es uno de esos días y podría divagar ahora sobre la forma en que vemos a los demás, sin conocerlos; de la imagen que damos o que tienen de nosotros, y que puede estar completamente equivocada, pero la creemos con una seguridad, que ya quisiéramos estar así de seguros de saber la tabla del nueve.
¿Los demás tienen una imagen que se hacen de nosotros? O
¿Nosotros damos una imagen que los demás perciben?
Yo creo que hemos de ser como cualquier paisaje, de lejos son casi paradisíacos, pero de cerca, se le notan los tropiezos e irregularidades al terreno. O puede ser todo lo contrario, de lejos nos disgusta, de cerca es mucho muy agradable lo que tocamos o recorremos y observamos.
¿Te ha tocado ver, un hermoso camino que se pierde a la distancia, y cuando por fin, algún día entras por el, vas en automóvil brincando de pozo en pozo?, tremendo, piensas, ¿pero que no era este un lindo camino, parejito todo él? Pues no, solo visto a la distancia.
En ocasiones, pasamos repetidamente por la casa aquella que tiene un prado tan parejito, por ese parque tan verde, que se te antoja para ir a tirarte sobre el a contemplar las nubes y disfrutar del tiempo fresco. Y resulta que un día tienes oportunidad de pasar unas horas en ese prado, y ¡oh desilusión!, el prado tiene muchas áreas de césped tan escaso, que si te tiendes ahí, te ensucias de polvo. Cuando por fin encuentras un área mullida de césped, ¡se te suben las hormigas!
Yo creo que si has escuchado la frase “siempre es mas verde el prado del vecino”, pues a esto precisamente se refiere.
Así que, imagínate, si nos equivocamos con esos lugares estáticos, que vemos tantas veces antes de acercarnos, ¡cómo no nos equivocaremos con los humanos! Cuando solo los vemos de lejos, o escuchamos acerca de ellos sin conocerlos, y nos hacemos equivocada idea de cómo son, desde luego, también los podemos rechazar, criticar, o admirar sin razón ni motivos para ello.
Tómate tu tiempo para creer que conoces a alguien, y no es fácil, somos tan rápidos para al primer vistazo decir: es así…y a veces no se da la oportunidad de rectificar. ¿Cuantas etiquetas andaremos cargando, porque nos las han puesto gentes que no nos conocen? ¿ a cuantas personas nunca te acercaste, y las llevas etiquetadas en tu mente?
Por otro lado, las circunstancias en que conocemos a las personas, influye grandemente sobre nuestras actitudes, y por lo tanto con el resultado de la percepción que tenemos uno del otro. Conoce a los demás, y detente antes de juzgar y etiquetar, que además, las etiquetas a las personas nunca son buenas.

2 comentarios:

Illystil dijo...

Hola Blanca, quería darte las gracias por el comentario que dejaste en mi blog, antes de irme a París :)

Ya estoy de vuelta, como podrás suponer, y te diré que es una ciudad que merece la pena contemplar con los ojos y el alma abiertos de par en par, porque nunca deja indiferente. Todo en ella es grandioso, rico, preciosista... un alimento para el espíritu.

Y eso que tampoco me pude recrear mucho, ya que de los 9 días que estuve de viaje, sólo 4 de ellos los pasé en París. Durante los anteriores estuvimos recorriendo también la Bretaña francesa y la ribera del Loira con sus castillos. A ver si puedo reunir mis ideas y dedicar la siguiente entrada al viaje en general, pero claro... son tantas cosas que contar...

De paso aprovecho para decirte que me he dado una pequeña vuelta por tu blog, y lo que he visto de momento me ha gustado. En lo que respecta a esta entrada te doy toda la razón, no se debe etiquetar a las personas y mucho menos nada más conocerlas, porque es casi seguro que nos vamos a equivocar... y podemos perdernos la amistad de personas muy valiosas sólo porque en un principio "no nos convencieron".

Gracias de nuevo y un besote

Blanca dijo...

Bienvenida y gracias Illy, pondrás mas sobre el Loira, ¿verdad? por ahí te dejé mas saludos por tu blog. ciao.aah, no , au revoir, jajajaja.