martes, 26 de mayo de 2009

EL MAR

Escribo esto para los que no conocen el mar. Porque sé que existen personas que no han tenido oportunidad de ir a el. Si,como hay tanta película, televisión, "lo conocen" por esos medios.
Déjeme decirte como lo siento yo, costeña, estoy viviendo a 20 minutos de la playa. La cercana se llama Novillero, para mi placer y el de muchos lugareños, aún no está lleno de hoteles y esos centros comerciales que hacen que cualquier playa sea igual, la gente va a esos sitios turísticos playeros y no sale del hotel y de la alberca; pasa por el pueblo y observa el mar desde terrazas.
Aquí, aún no es así, aunque ya nos están prometiendo ese "paraíso".
Aún ahora, tomamos la carretera rumbo a la playa, en automóvil o el camión también; la carretera es llana, y a los lados están los campos de cultivos de maíz, frijol, sandía, según te acercas al mar, aparecen zonas llenas de agua o, llanuras de sal, bordeadas de vegetación, que son esas lagunas, en tiempo seco. Es la zona donde ya aparecen los mangles, propios de lagunas de agua salobre. La playa donde voy está en una barra de río, y por lo tanto es una isla, prácticamente. Bueno, cruzamos por un puente un hermoso brazo de agua,en donde alguna vez se pueden ver grandes peces, como los delfines.
Para llegar al mar, sientes el olor a sal, miras a lo lejos las palmeras, y el viento es especial, lo sientes. Al llegar a la franja de arena , la playa que hay entre las construcciones rusticas en mayoría y el mar, QUITATE LOS ZAPATOS, para mi es una experiencia primordial, sentir la arena en los pies, claro que la que está a a la intemperie, está muy caliente, dependiendo de la hora.La cercana al mar, desde luego esta fresca, porque constantemente la mojan la olas, que se retiran y se acercan incesantemente. Te paras frente al mar, a observar, la MAJESTUOSIDAD, dijera Mafalda, te preguntas "¿de donde salió toda esa agua?" Sientes el viento, que choca contra ti, moviendo tu ropa y tu pelo, escuchas, el sonido del mar, si también en la tele lo reproducen, pero no hay como estar ahí, escuchando, sintiendo, oliendo, quizá decidiste pararte donde el barrido de las olas llega a tus pies, quizá solo en la arena húmeda. Te relaja, completamente. Los mares son de diferentes colores, mi playa no tiene color bonito a la orilla, a lo lejos se ve el azul oscuro propio de la profundidad, pero tiene muchos metros mar adentro, en declive suave, lo que la hace segura,no acostumbra ser de piso irregular con pozas o bordos, es siempre parejita. ahí te tiras a ser mojada, te metes a la suficiente proofundidad para nadar, o te estás en el lugar que te agrade para brincar olas, y jugar con ellas.
Lo siento, no creo haberle transmitido la sensación de estar ahí. pero ve a tu playa cuando puedas. Los coras , huicholes y tepehuanos de este estado, van a la playa y llevan ofrendas y oraciones a La Mar; lo reverencian como no he visto a nadie mas hacerlo.
Otro día te hablaré de los maravillosos acantilados de Mazatlán, Sinaloa, un lugar bellísimo.

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