lunes, 13 de abril de 2009

¿AMADAS MADRES?

Anoche me mantuvieron despierta las ideas. Recordaba, sobre un asunto que ya he tratado anteriormente, y del que pocas veces he visto en libros de psicología o análogos. Es un asunto del que poco se habla, un sentimiento que pocos se atreven a expresar. Un mea culpa, que hace que te caiga la condena de la sociedad, yo creo que también de la religión.
En un mundo donde a veces encontramos tanta miel expresada en palabras, mas no en hechos, donde nos escandalizamos de las palabras pero de los hechos no, el reconocer que odiamos a nuestra madre, es condenado, (hasta donde veo).
Se pone a la mujer en un altar, nicho, pedestal, pilastra o capitel de “Madre”, donde es intocable en teoría, por haber desempeñado su función biológica de maternidad. Y debe rendírsele pleitesía, reverencia, se considera intocable (para bien y para mal ) aunque en la realidad, cargue con todo un cúmulo de maldad y mala funcionalidad que es aterradora y sorprende como pueden sobrevivir los hijos a sus acciones.
Ejemplos tenemos de hijos maltratados, violentados, en lo físico y en lo psíquico, y ¿esperan a cambio amor desmedido y justificación? No es de extrañar que a un ejemplar materno de éstos se le odie. Un doloroso odio mezclado con amor de hijo que se destruye a si mismo cuando reconoce su odio, como si el mismo no fuera humano y no deja aflorar el coraje, el rencor que está dentro de si en mayor o menor medida. Pienso que el reconocer uno mismo, el grado de desagrado que le causa su madre, es sano, como también lo es el reconocer en “La Madre” un ser humano con defectos y virtudes, la maternidad no desaparece defectos, y por lo tanto, bajarle a la obediencia ciega, a la idolatría de diez de mayo; mejor subirle al entendimiento y al respeto, puesto que los humanos tenemos equivocaciones y no por eso se nos desacredita por completo, pero a la Súper Mujer en la que siempre se ha situado a la madre, a esa no se le perdonan errores ni acciones humanas, como dejar de amar al marido, o desear tiempo para superarse. Todo lo que cualquiera puede hacer, en La Madre, no está bien visto, ¿por qué? ¿ no es humana? ¿Por que no guarda los mismo derechos de los demás? ¿Por que no puede bajarse del pedestal? Los tiempos cambian, cada cultura tiene su propio avance en las relaciones humanas, lo que para unos se considera absurdo, para otros es ley, quizá en algunos lugares ya esto sea exagerado y La Madre, ahora sea solo una querida madre humana con todos los permisos para ser y equivocarse, alguien con quien convivir, y factible de perfeccionar. Hablemos de ese odio, ese desagrado, para ponerlo en su justo nivel, porque ellas, no nos han fallado, son personas, queriendo dar lo mejor de si, igual que cualquiera.

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