miércoles, 17 de agosto de 2011

...SOLO EL RECUERDO QUEDA....

Joven, muy joven, alto, fuerte, guapo, era el lidercillo de la escuela preparatoria. Unos grandes ojos negros muy dominantes, actitudes de pavo real que presumiera su belleza, cuerpo fortalecido no por el trabajo, pero al menos por el deporte. Así era el, pelo muy negro y lleno de bucles. Se fincaban en el muchas esperanzas, sobre todo de su madre que se ilusionaba pensando cuando su gran hijo fuera el apoyo de su vejez, así como ella lo había atendido en su niñez, en su adolescencia, en su juventud, en su edad adulta….¿todavía en la edad adulta? Pues que no era aquí donde el ya iba a estar al tanto ciento por ciento de su madre, luego ¿que ha pasado?
Encorvado, arrastraba los pies, una nariz aguileña que antes no se notaba, unos ojos enrojecidos de grandes pestañas, hundidos en dos grandes cajetes sombreados llamados ojeras, una barba dispareja y larga, generalmente larga, hasta que su madre le inducía a base de terquedad a que se la cortara; balbuceaba, miraba de reojo, o alzaba sus ojos para verte cuando creía reconocerte. Extrañamente sucio y roto, pero los demás ya se habían acostumbrado a verlo así. Pasaba horas sentado en el quicio de una puerta, en un patio sombreado, no tenía como dicen, ni oficio ni beneficio; donde se sentaba, quedaban desperdigados los envases de cerveza, las colillas de cigarro, y otros objetos raros, siempre un mal olor alrededor. …
Algo debía de haberse interpuesto en el camino y en los pensamientos de triunfo, de superación que había en esa familia; de lo que ella, la madre, se quejaba, era de las malas amistades, y les decía así porque veía que no tenían como quien dice, ni oficio ni beneficio, dizque estaban en la escuela, pero era mas lo que se les veía por patios pasillos y jardines, que estudiando y dentro de un aula. Llegaban a la escuela cuando ya todo mundo se estaba yendo, siempre muy a deshoras, y luego en grupitos con actitudes sospechosas. Además, su hijo siempre se salía de lo común y de sus responsabilidades cuando andaba con ellos. Llegadas tardes, actitudes groseras, altaneras, como muy bravucón, y el no era así, y ya para que recordarlo, fue entonces cuando empezó a notar sus cambios físicos, su desaliño, boca muy seca, sus ojos enrojecidos, luego, traía consigo pastillas cuando ella no recordaba que estuviera en ningún tratamiento médico, decía que eran vitaminas…y gotas de colirios, sería por los ojos rojos.
Su muchacho cambiaba mucho, ya no se interesaba por nada, y con frecuencia no tenia hambre, y a veces comía tanto que la asustaba. Cuando de plano ya no dudó ella era cuando le tocó ver sus crisis de miedo, como temblaba, no dormía o hablaba sin parar, decía muchas cosas, como que estaba loco, cosas que no eran ciertas, cosas que nadie veía, para luego quedarse como ausente del mundo, clavado.
La labor la hicieron las drogas, nunca llegó a ver un triunfo, nunca hizo una familia; su madre, que había estado orgullosa de su hijo, nunca mas tuvo su apoyo, en el que ella confiaba, desde que el se dedico a fumar marihuana y ponerse otras cosas, y a estar cada vez mas tiempo fuera de casa, con sus amigos, amigos que también venían a esa casa cada vez mas pobre a curarse las crudas, a matar el hambre, cuando la sentían, después de dos , tres o más días perdidos fuera del mundo. Pobres ambiciones fincadas en el, marchitas esperanzas, dura vida, ¿ la de el? No, pobre madre, el, ya se fue….
Falleció apenas antes de cumplir los cuarenta, quien iba a pensar que era el ese muchacho que de joven, era alto, fuerte, guapo, lidercillo de la escuela preparatoria…nadie sabe, cuando empieza, en donde va a ir a parar.

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